HISTORIA DE OLE KIRK CHRISTIANSEN

Ole Kirk Kristiansen nació el 7 de abril de 1891 en el pueblo de Filskov, Dinamarca. Fue el décimo hijo de Jens Niels y Kirstine Kristiansen. Pese a que su familia era bastante pobre, Ole logró obtener una educación secundaria básica.

En 1929 ocurrió la Gran Depresión, esto hizo que la economía mundial cayera y afectó tanto a las grandes empresas como a las pequeñas. En 1932, la esposa de Christiansen, Kirstine Sorensen, murió después de dar a luz a su cuarto hijo. Arrastrado por un desastre personal y financiero, Christiansen despidió a gran parte del personal de su negocio y luchó bastante para conseguir los ingresos suficientes.

 
Dado que los tiempos eran tan difíciles, Christiansen tomó la difícil decisión de usar su madera para crear bienes económicos que realmente podrían venderse, entre ellos juguetes baratos.

Era el decimotercer hijo de un matrimonio de agricultores y pronto aprendió el oficio de carpintero y ebanista. Se convirtió en un artesano de referencia de su zona, en un maestro. En 1932, ya conocía el oficio a la perfección y, tras haber ofrecido su talento a otras fábricas, decidió echar a volar y fundar la suya: un lugar en el que elaborar piezas de juguete hechas a base de madera y hierro.
En 1.942, cuando el negocio estaba en plena ebullición y la suerte parecía esperarle con los brazos abiertos, llegó el desastre: la fábrica sufrió un incendio y se vio reducida a cenizas. El varapalo no fue impedimento para que el empresario hiciera renacer la empresa y recuperase la producción de juguetes. No había tiempo que perder. Además, su hijo y heredero, Godtfred Kirk, se enroló en el ambicioso proyecto de su padre; juntos formaron el tándem ideal.

Hubo que esperar seis años más para que los famosos «Ladrillos de LEGO» («LEGO Mursten») salieran al mercado. En 1955, lanzaron su producto estrella: el «Sistema de juego LEGO», con 28 sistemas diferentes y ocho vehículos de juguete. Tres años después, Ole Kirk Christiansen murió, dejando a su hijo al frente de un jugoso negocio; ahora, un imperio. Existen todo tipo de productos inspirados en la popular marca. 

Tampoco faltan películas ni parques temáticos. Además, no hay generación que, en su infancia, no haya jugado con sus piezas; una actividad que, no solo puede resultar divertida, también sirve para el desarrollo de los más pequeños de la casa.

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